Ya no aguanto más, cada vez que paso por Paral·lel, me asaltan estos energúmenos con sus puñeteros menús.
Hace años yo iba justamente a ese bar a desayunar, pero desde que tocan las narices a los peatones, que paso de ir.
Ya no aguanto más, cada vez que paso por Paral·lel, me asaltan estos energúmenos con sus puñeteros menús.
Hace años yo iba justamente a ese bar a desayunar, pero desde que tocan las narices a los peatones, que paso de ir.