Ya hace más de un año me quejé de aguantar a los camareros buitres de los restaurantes.
Parece ser que se han puesto de moda por todos lados, poner a PESADOS en las entradas de los locales de Barcelona, como buitres oliendo el hambre de sus presas, te abordan por la calle en plan pesado. Están acabando con mi paciencia.
Si quiero comer pues busco un sitio que sea agradable, no que me aborden y me den la paliza. Pongo un par de ejemplo de pesados: