¿Sería muy difícil que alguien instalara una «recicladora» de diarios gratuitos en Barcelona?
La gente cuando acaba de leerlos los tira a la basura, pero quizás si se inventase una bandeja donde se pudiera dejar los diarios leídos para que otras personas lo puedan leer y reciclar, sería muy útil.
Un sistema parecido lo utilizan en algunas estaciones de Japón, donde hay como unas bandejas que la gente deja sus cómics manga (allá los leen mucho) y otras personas pueden recoger esos cómics y aprovecharlos.
A continuación unas fotos de a donde van a parar los diarios gratuitos actualmente, mezclados con los desechos de chocolate y cocacolas. También añado dos fotos de «bandejas recicladoras» de periódicos, en Londres (a ver si tomamos ejemplo de los japoneses y de los ingleses).
Un amigo me ha invitado a visitar una famosa calle, el carrer Poeta Cabanyes, donde nació Joan Manel Serrat y de la que habla en su canción «El meu carrer».
Pues resulta que la calle «es nuevecita», hace tres meses hicieron obras y levantaron tooooda la acera de punta a punta, y la pusieron toda nueva.
Vamos a visitar la calle de punta a punta subiendo por Poeta Cabanyes y bajando por Salvà, para que vean «que bonita» que ha quedado. Verán suciedad, cacas de perro, sangre (…sangre!!!), agujeros por tapar, vagabundos durmiendo, coches y motos en la acera impidiendo el paso a carritos, grasa, meadas por todos lados… pobre Serrat, espero que no visite nunca «su famosa» calle… ya no queda ni «su» fuente!
No se quién ha diseñado estas obras, ni quien se encarga de mantenerlas limpias, pero esta claro que pasan de todo.
Joan Manel Serrat nació en la calle Poeta Cabanyes de Barcelona, en el número 95. En una de sus canciones titulada «El meu carrer» hay una parte que dice:
El meu carrer
no val dos rals:
són cent portals
trencats a trossos i una font on
van a abeurar
infants i gats,
coloms i gossos.
Pues bien, de la fuente de la canción de Joan Manel Serrat ya no queda nada, la sacaron hace seis meses y desde entonces está como en las fotos siguientes:
Es vergonzoso, en la parada de metro de Paral·lel los carteristas campan a sus anchas, en la última semana se han puesto las botas, incluyendo a una señora mayor que la tiraron al suelo para quitarle el bolso, una señora que yo conocía de vista, una buena persona y ahora está muy asustada por culpa de unos carteristas malnacidos.
A todo esto, los «cacharros amarillos SOS» para pedir ayuda en caso de emergencia, NO FUNCIONAN, te puedes pasar veinte minutos esperando y sólo salen unos tonos como si se llamase a un número telefónico de 5 cifras y luego sale una voz que dice «En estos momentos estamos atendiendo a otros clientes, por favor, vuelva a llamar más tarde» y se cuelga!!.
Otro ejemplo de inseguridad, el otro día me dirigía a Paral·lel y estando dentro del vagón, cuando ya casi los pasajeros llegábamos a la parada, un tipo con barba y turbante negro se levantó, sacó una especie de puñal largo y fino (ante el estupor de todo el mundo, que comenzó a alejarse como si fueran ya a bajar), y entonces empezó a rallar rápido las ventanas con la punta del puñal, poniendo unos textos en árabe.
Yo me fui a buscar al conductor del metro, pero… no había conductor!!! el metro iba sólo!!! (os lo juro, en todo el metro no había ningún personal del «Metro») luego bajé en Paral·lel dejando atrás al «loco» que continuaba «escribiendo» por las ventanas y me fui para arriba, para hablar con el taquillero y que avisara a la policía por si al loco le daba por «escribir con el puñal sobre las personas», pero… no había ni taquillero, ni nadie.
Y yo me pregunto… si al tipo ese del turbante negro, le hubiese dado por matarnos a todos, ¿cuanto tiempo hubiese pasado hasta que la policía se hubiera enterado?
Ah calla! que hay cámaras, así al menos todo el planeta podrá contemplar el circo de sangre. Lo importante es la imagen, para los medios informativos los motivos, poco importarían.
Además de la inseguridad por la falta de personal, la parada Paral·lel SIEMPRE ESTÁ SUCIA, desde hace muchos meses que la suciedad invade las entradas del metro Paral·lel, sea quién sea el responsable, tiene olvidado todo el barrio de Poble Sec.